3.15.2009

la patota (la chicana)

En el centro de la plaza, la hora de los valientes;la Córdoba y la Corrientes se trenzaban por el honor.Cuchillo, cadena y faca; patada, puño y cabeza;no es un cuento de los veinte, ya existía el rock and roll.
El chino era karateca con estilo y profesión,se cargaba a cuatro o cinco sin armas y sin sudor.Siempre había un gordo efectivo que aplanaba con rigor,siempre había un petiso erguido con nariz de boxeador.
Calentaban con ginebra y escuchaban a Manal;le rajaban a la cana como mi perro al bozal.A pesar de lo salvaje no se daban a matar;se querían en el fondo, su deporte era pelear.
Se acabó con los milicos la violenta tradición;el chino terminó preso sin indulto ni perdón.Al petiso lo mataron en alguna confusión;el gordo se hizo cana, la puta que lo parió.